LA MUSA HALLADA
Te prevengo
es ya tarde,
deleitado con cientos de recuerdos,
unos ruinosos,
otros de un rojo cruel
pero brillante,
muchas horas sentido y amueblado,
entre roncos pasados cantaores,
rutinas de argonauta, fiestas, flores,
donde tu ya no estabas,
ya no estabas,
a pesar de que fui allí de visita,
precisamente para ver mi musa,
en que tareas distintas de lo mío,
de lo que ya he vivido y lo que sueño,
te hallabas mercedaria y bella,
mi musa sin cabeza florecida,
con sus jazmines, rosas, crisantemos
plantados muy adentro,
muy adentro
Desterrado me sentí por largas horas,
en el ritual de hacer pasado sin objeto,
y te encontré casi por milagro
ente las líneas chuecas de un cuaderno,
remontando las noches ya vividas,
te hallé dulcemente cohibida,
preguntado a los amigos que se fueron,
dónde estoy yo,
para dónde mis pasos han corrido
si han hecho de mi vida algo distinto,
de la labor del escriba solitario,
que se mide con todo en guerra abierta,
sin más armas que su cabeza adolorida,
que ya canas ensaya,
antes de dejar calva por esfuerzo,
dónde estoy preguntabas...
Y te vi cuando ensayabas
esa bella sonrisa adolorida,
que por años pensé solo era mía,
mis amigos que no sé dónde andan,
respondiendo ahí viene,
él es por quién bella preguntabas,
y pusimos los rostros en secuencia,
yo te miré, tu luego me mirabas,
sonreíste, reí con buena gana,
y por fin nos hallamos mi querida
como pasa en las novelas rosa,
juntadas en cruz nuestras bocas
en la última línea del poema...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
:...para escribir el mejor verso, si es posible..., si nos dejan... Qué bello José Ignacio...
ResponderEliminar....ya ves, este juego de parchís viene de lejos....tierno abrazo, compañera....
Eliminar