CORRESPONDENCIA
Desde la periferia de las ansias
donde simplemente la nomenclatura es imprecisa,
puedo narrarte la urbanística del bosque,
mientras veo un duna de cactos,
en los ojos de alguien, que creció y aun vive,
en el centro de un resguardado invernadero…
Si…
Aquí la noche guarda silencio en mi cercano oído
y en un momento inefable
puede musitar con impaciencia,
satinados deseos
que han hecho ronda en su boca,
desde hace largo tiempo…
Desde la periferia,
ahora que el frío se reclina
en nuestros cuerpos escasamente vestidos,
puedo hablarte del divino caos
que reina augusto en mi playa
o en mis selvas,
puedo pisar contigo, nuevamente,
el orden fantasioso de tus huellas
en mi sendero de azaleas…
RELOJES CON DESIERTOS
No explicarte mejor,
no cerciorarme,
no dejar que mis palabras fluyan,
no cumplir mandamientos,
no pensarte,
no poseerte en mi cerebro,
ir neutro al abrazo,
fraccionado al tiempo,
ser como muerto,
y revivir en un instante hermoso
cuando tu voz se quiebre
profusamente emocionada, débil,
y no pueda decir como lo gritan tus ojos,
que me explique mejor,
que me cerciore,
que fluyan mis palabras,
que mis mandatos dicte, que te piense,
que como loco te posea en mi cerebro,
y te abrace,
y te bese…
Hasta que el rudo cansancio
se harte de aguardar a que me canse
y con prisa se marche
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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Lugar donde sólo obra el pensamiento, enervando las horas por gritos entre dientes deshilvanadas... utopía y dolor del vientre, ni calma el tiempo ni sacia la prudencia... "que el amor es un misterio...." Luz.
ResponderEliminarPero, los verbos que viajan sin pasaporte ni equipaje, solo esperan que a tu aroma llegue el candor varado ante tu playa... para que llegue la mía, a pagar el pasaje de los dos hacia nuestro más esperado destierro...
ResponderEliminarSerá amor... será... amortizada inversión de tiempo y sentimiento que se avienen tiempos amables para lo que ahora solamente entre tú y yo se tiene... será luz de tantos mañana... pagado pasaje y futuro, mientras... sea la piel testigo de espacios repletos, promesa en que sí misma contiene toda caricia desarticulada...
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