Viento de las Azores, piel viajera, que traes a mi olfato aroma de sagrados tulipanes, ¿ cómo puedes nacer en este viaje, tan largo ya, y serme al paladar salino, amorosamente cierto y reconocible, y al tiempo irreverente, poco afable, dado a la guerra de amar y a cultivar el donaire, solo por ver las palabras pariéndose sobre la superficie del mar y desde el aire?
Como la mosca a la miel te acude la belleza inexorablemente, qué piel, qué mirada serena... qué brillante escarpia en la que colgar tus letras, cómo no quedar prendado y prendido, amor, por puro deleite de contar como fueron plateándose cada uno de sus cabellos cuando sean pura nieve que tu enamorado corazón atestigüe...
Bellas bellezas, vividas y vivientes en mis aposentos de pieles y guirnaldas, recuerdos en bulliciosa algarabía, recitando nuestros nombres y sugestivamente, pintando sus deseos de futuro...
Como la mosca a la miel te acude la belleza inexorablemente, qué piel, qué mirada serena... qué brillante escarpia en la que colgar tus letras, cómo no quedar prendado y prendido, amor, por puro deleite de contar como fueron plateándose cada uno de sus cabellos cuando sean pura nieve que tu enamorado corazón atestigüe...
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