CUÁNTAS
Cuántas veces, mujer
tú dime cuántas
yo posé mis manos sudorosas
sobre la piel turgente de tus senos
o sobre el vientre tenso, esperanzado,
o en la envolvente curva dilatada,
de tu diosa cadera mi mirada,
cuántas, ninguna ha sido repetida,
cada una fue nueva, diferente,
delicioso visado hacia tu centro
que no sabía cuando llegaría
la cadencia genuina de mi aliento,
en volcánico salto ya anunciado,
para quitarte el aire, ese sustento,
del cual ya poco tengo por tu vida,
pues lo dejo entre ti,
señora mía,
para seguir viviendo...
Las horas que pasé de imaginante
soñando con placer cuando sería,
las devolví con creces cuando supe
que tú de veras eras, que existías,
entonces concebí mapas y fuerzas,
para tenerte y hacer que tu quisieras,
pero perdí la cuenta por tu causa,
sonreíste al saber que yo trataba
por todas las maneras de tomarte,
cuando hace tiempo ya habías renunciado,
a oponer alguna resistencia,
pues tu mujer amada me soñaste,
de la forma que soy y que no soy,
antes aún de habernos conocido,
qué ciencia nos guió, sabio milagro,
que se hallaron sin culpa nuestros pies
andando en un camino no prescrito,
cuando ya era un ensueño nuestra vida,
y se soñaban al pie los corazones,
como si fuera yo aire y tu montaña,
sangre cerrando heridas del pasado,
amuleto que vence algún estigma,
medicina de anciano boticario,
para qué vamos a contar o a recontar,
si es un sueño nuestra tibia realidad...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Es magnifica , me encanta
ResponderEliminarComo tu presencia aquí, Griselda... Un abrazo!
Eliminarsin palabras que bellos poemas enamoran
ResponderEliminarAquí puedes explayar tu voz Amanda, eres siempre bienvenida... Gracias y abrazos por venir!!
EliminarQue magia tienes para escribir José Ignacio. Es hermosa, toda la letra acaricia.
ResponderEliminarRecién te veo, Marta, que alegria coincidir así.. Te doy las gracias por tu presencia y tierna opinión, un abrazo!!
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