ABRIENDO LA TARDE
La llamada,
volver a oír su voz
dejada con lazo en la mañana
como un regalo dado por un hada,
a ese dormilón que le abre un ojo,
y le da su sopor de despedida,
pequeña alma herida que se marcha,
a ese otro hogar que es su oficina.
Ha pasado igual el mediodía
y bello es encontrarla con su risa,
así sea en el cable color beige
de ese auricular que hace de puente,
preciosa alma henchida de bondad,
bella esposa querida, bien amada
que llamas al hogar donde estoy yo,
cuidando lo que amas
y esperando,
a que lleguen las siete de la noche
y vuelvas con tu risa cantarina,
aunque se oiga cansada,
mi princesa,
asida de tu piel y tu mirada
que muestran cuán pesada es la jornada,
y cuán valiosos son estos momentos
testigos hacedores de lo nuestro,
mensajeros que hacen la promesa
que guía nuestros pasos desde siempre,
llamada dulce amor fiel esperanza...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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