DIEZ DE PICAS
Unísonos silencios de dos pechos,
que se riegan para atrás,
para adelante,
diciendo yo soy tuyo, tú eres mío,
mientras al lado de ambos movimientos,
hacen de cada instante solo éso...
Ubicuidades lentas, caprichosas,
que solo ante el pedido se concretan,
pero alzan su mirada imperativa,
para mirar aquello que no está,
desdeñando la voz que clama adentro,
esa que dice justo malestar
por forjar sin deber
tanto y tan poco...
Y se llaman amor siendo tormento,
van por ahí pidiendo, estipulando,
deletreando aquello que prodigan
con vara de medir,
diciendo mira
esto es lo que espero de retorno,
echando trementina con hisopo,
en los ojos del otro que le dice,
no somos miel del pan
que se nos trae,
vigor del talle opuesto
que en la calle,
elabora algún baile ya pasado
y grita su tenor desesperado,
buscando ser aquel que el otro quiere,
sin saber ni siquiera la palabra,
el código veraz,
la justa llave,
que en el envite cierto y oportuno
le permita abrir su corazón
entregándole el propio,
sin siquiera sonido intermitente
brotando de su intenso diapasón...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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