SIN ARMADURA
Qué pecado será,
ser el amplio vaivén de tus recodos,
o poder a alguna hora combinar,
los tejidos de hiel, o hígado noble,
con la felicidad antes perdida,
qué falta puede haber mujer alada,
en tener una noticia constipada
de tus vuelos perdidos, o ganados,
sí entre tanto te puedo acompañar
en este último giro que propones
y en el baile anudar mi escapulario,
a la mejor de tus diéresis fallidas,
que puede ser preámbulo del gozo
o detenida infanta en cuadro viejo,
sabedora de su arte y su doctrina
y poeta de mi sal en manifiesto...
Qué pecado habrá en bien combinar
las faltas aprendidas a las malas,
con esas que salvaron lo que ves,
que tentaron en otras sus demonios,
las que andaron conmigo sin mentiras,
por los sitios peores, por cantinas,
que no tenían nombre, y sí recuerdos,
donde he quedado inscrito como un pez
que volcó sus deseos fehacientes
y termina en el suelo con la boca
tomando aire del seco para irse,
mencionando las luchas importantes,
con la voz de los ojos que se salen
en los avaros y últimos instantes...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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