REMANDO A SOLAS
Cuántas
bocas
hablando entre mis lineas,
cuántos torsos desnudos demostrando
entre
la tinta grafías destinadas
a convertirse en rollizas cicatrices
con pausas, reclamadas, elocuentes
del azar rencoroso y atinado
de diferentes
dueños que tuvieron
tu cuepo por lugar de puntería,
cuántos eventos mudos casi fríos
eyaculando sin más en el vacío,
concordancias no hubo en las caricias
y menos cuando fuimos periferia,
el mar que desde el muelle se veía
hacía del recuerdo la otra orilla,
y al tiempo fue la luz solo cesando
hasta no aparecer ni entre las olas,
aquello que adoptamos como un hijo
se cayó, se hizo trizas, solo añicos,
desde el borde más lejano de mi ser
te prometo no hacer fuerza, no tratar,
-solamente al destino culparías-
de hacer un bello abrazo o un buen beso
simplemente renuncio a lo que tengo,
si he sido regente dejo todo
será fácil tener de nuevo sol,
o en los ojos un pedazo de la luna,
de espaldas yo me tiro sin mirar
entre dunas, al mar, o en un desierto,
para no
regresar solos de nuevo,
a ese frío tinglado de la cama,
donde el amor espera desde siempre
que como a hijo bello
lo tomemos...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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