SEÑORA MÍA
Qué te puedo decir,
sin duda me perturba esa mirada
que en manera tan larga
y descarada,
le dispensa un invitado a mi mujer,
justo como si yo no me encontrara,
al frente de los dos presente,
y como si ella por pena conturbada,
no pidiera perdón por ese idiota,
qué le vamos a hacer,
ha debido beber más de la cuenta,
yo que soy indulgente
en mi pregunta,
lo soy aún mucho más
en la respuesta...
Ella todo agradece,
la conozco,
me mira prometiéndome un regalo
cuando todos se marchen de la fiesta,
y yo mientras sonrío,
le agradezco,
al fulano borracho sus miradas
que dejaron mi amor de manifiesto,
y me trajeron un premio insospechado
de sus manos, su piel,
sus ojos bellos,
el contorno de enigma de su cuerpo
y ese cabello oscuro
que enamora,
al señor de su casa dócilmente,
y a cualquier invitado que repare,
que aquella que hoy ofrece este festejo,
disfrazada de señora es de verdad
toda una reina de hermosa majestad...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Decir bellísmo es tan poco cuando es el sentimiento a la intemperie quién se manifiesta en tu escribir amigo alado...
ResponderEliminarBesis!!!
Entre luces y sombras, se hace todo, brota como oraciones de camándula, como fieles historias que me siguen dónde quiera que vaya...Gracias Fabiana, por llegar,al fin y al cabo, solamente quien lee hace de fauno, de estas letras hermanadas del amor...Abrazos!!
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