ELOISA
El verso
que se le escurre por la frente,
diciendo ya me voy,
llegó la muerte,
y sus lívidos labios aun rezando,
por ver el dulce salto de las horas,
el paso del otoño en el jardín,
la fiesta de su amor,
San Valentín,
el final de la guerra...
Un cuadro en rosa,
que al paso de los ojos centellea,
la mirada sin vida mientras mira
el levante del mar,
las barcas lejas,
y el sonido de las olas
temperantes,
dejando la ilusión en otra parte,
para que sea posible
recogerla,
cuando llegue otra hora,
en otro instante...
Eloisa está muerta
o solo duerme,
el estigma de un viaje de infortunio,
leva anclas tras el largo plenilunio,
y yo le doy mis versos
embozados,
le hablo del amor como si nada,
para que abra los ojos,
o al menos me dedique una palabra,
que en fuga halla burlado
al enemigo,
murmurando es ese mi doncel,
tirando una piedra
a mi ventana,
para que yo la espere otro minuto,
para que no la prive de mi amor
que corriendo se marcha,
entristecido,
al saber que se ha ido
que se fue...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Parece un llanto moderado por la muerte real de la amada, o su huida a otra parte. En todo caso, el poeta espera que pueda oir aún sus requiebros porque aún la recuerda y añora su ausencia. Las rimas ocasionales logran dar al poema un ritmo adecuado.
ResponderEliminarTodo está vivo, y si mi mente ausente no declara, es para sentir aquello que la pérdida de otros reproduce, destellos, elegías, sombras...Gracias por leer Fernando, definitivamente te has convertido en amigo innegado de estos amantes zaguanes y senderos....Abrazos amigo...
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