EXTRAÑA
He ahí que me llegan
con su filosa euforia,
los resentidos dolores por lo no vivido,
alimento para mi fe de atormentado,
que me lío en ensoñadas batallas
con la alta sombra de mi destino...
Como no recordar tus bellos ojos,
que nunca me han mirado...
que no he visto...
Y el labrado vigor de tu voz nueva,
cantando a la mañana sus quimeras,
dejando la comida al pajarillo
que hace tiempo libraste de su reja,
que se viene sincero a despedirte
cuando llevas sin ver casi un pie afuera...
Los que te quieren
lo hacen buenamente,
son tus ojos de mar lugar clemente,
aunque debo contarle a tu cintura
los cuentos que otras saben de otro tiempo,
no te prometo nada,
mi alimento,
has dado a mi espíritu con tus ojos
ese dardo esperado y caprichoso,
y ahora no se adonde responderte,
enamorado y loco inconveniente
alijo de belleza inconcebible
efervescente y platónica,
inocente...
inocente...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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De qué otra cosa podemos dolernos en el otoño, si no de las primaveras que se fueron sin habernos rosado la piel...! Sos un genio.!
ResponderEliminar...si esto fuera dolor y el tiempo otoño...Pero no, es solo que el recuerdo es tan cercano, y ella acaso tenga la mitad y un poco más, de mis cincuenta años... gracias por venir, Leo...
EliminarIt sometimes happens that a lady’s dart fathoms and graps our fantasy. Without any rational explanations two beautiful eyes, which don’t look to you, make your soul shiver just because some wall or rampart was in between and you wonder if that figure was not a reflection of the “anima” which nests in your heart and longs to be inside you fulfilled.
ResponderEliminar...Y que quede asentado que seguí, por horas ese rubio resplandor...no sol eran sus ojos, y su pelo, sino también su cantarina voz, que me hizo sentir que era eso un sueño, pero no...gracias Fernando, por llegar...Hoy, más británico que nunca, abrazos...
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