DERRIERE...
Declive de mórbida fragancia,
que en tu espalda me mueve al escrutinio,
pues mi ejército de veleidosos digitales,
con los recuerdos vividos no se llenan,
soldados al placer que tu les diste
tantas noches de prisa al escondido...
Cercenada beldad sin que la luz
libere por completo tu armonía,
me veo entre tu alianza sostenido
como si fuera un tallo aun pequeño,
y tu al percibirme entre orfandades
solo aligeras mi peso al ofrecerme,
ese quejido vigor cual aliciente,
que emerge consutil ante el mío...
Y con mi boca derivando libremente,
tomo todas las naves de este sitio
pensamientos que me son profanos
cada que vengo y los veo con mi mano,
entre las tibias yemas sometidos
ante el lenguaje que arde y se congela,
donde todo me es invitación y canto,
tanto que llego del todo y al mojarte,
dejo cansadas huellas sobre ella,
espalda que cual muelle me recibe
y luego hace de almohada deseosa
cuando mi sueño te enseña silencioso,
que ya es hora de dormir
piedra preciosa...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Como acostumbras...excelente...
ResponderEliminarGracias por tantos placeres compartidos...V
Es un gusto delicado, ver como tu pie deja esta huella...Sabes ya el camino hasta esta casa, para ti la puerta ya está abierta...Gracias por venir Vanessa...
EliminarHace mucho que por aquí no pasaba pero dejaste este poema en una fecha como ésa por donde yo dándote la espalda, te esperaba... ¡Precioso José! Gracias por el detalle querido amigo...
ResponderEliminar...pues Salud, Karelia...gracias a ti por esta voz que suena a permanente bienvenida...
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