ESCENA CON TRAMPA
Carolingios en castas
dividían poderes que trazaban
cada hora, minuto en cada día,
con afán delegado de ordenar
lo que tras las murallas existía...
igual que nosotros, cada cual,
se mece entre avatares desplegados
antes de que mojara el bautisterio
algún cura que agradó a los padres
por su laico lenguaje de entendido,
desde ese recinto hemos sumado
tantos mapas de viaje
solo para llegar a este portal,
a intentar un análisis.
Repelidos por fuerzas que enfrentamos,
el deseo empujando a la razón,
tantas noches vencida en franca lid,
y muerta y revivida nuevamente,
condonada su álgida presencia
si no decía nada,
que enturbiara la pálida belleza
del querer y querer cada mañana,
hasta que hecha voz, grave y a gritos,
recuperara su bondad y brío,
metiéndose en el blanco calzoncillo
que no quiere dejar desnudo el cuerpo,
para hoy repetir cual tantas veces
la historia inventada alguna noche
en la tierra senil de Carlo Magno,
sobre siervos y amos...
Una niña tan solo es lo que ves,
llegó al motel prendida de tu mano,
soñando con lograr un estipendio
si hacía de mujer, truco barato...
no pudo, ya déjala dormir,
no busques gobernar el sueño libre,
dirigir el canto de un turpial
que ha confiado cantar desde tu mano...
ayuda a que no caiga al foso
hablando cuando despierte
cerca a su oído,
sobre el cielo que tiene justo en frente,
no hundiendo tu daga
en el sino de un día malnacido
cuando ella pensó que era la plata
la respuesta a su vana necedad
y tu la pagarías
tierra, mancha y asilo...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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