OLAS SECAS
Oxidante labor la del recuerdo
que ensambla tiernas imágenes mutantes
en abreviadas y lisas latitudes
entre labores simples de llamado,
porque reinan los próceres de miel
curvando lastres prófugos y olvidos,
y no quiero que pases
como estación de ciervos y rapaces,
prohibidos después
en amplia veda por dedos conmovidos
y días que se van entre llamados
dormidos y distantes...
Ingrávidos y blancos monasterios,
que se diluyen mansamente al viento
sin que vengan tareas por callar
o haya culpa en algo...
rompiente de olas falsas que delinquen
para llegar sin turbias digresiones
a la calma aparente de mi oído,
con tu voz por hallazgo de alma fuerte,
y este vino que mengua en la botella
diciendo lo que es y lo que no es,
con su acento de afable peregrino
mientas las cosas pasan en mis ojos,
sin que afuera sucedan...
Convergen los oníricos lamentos
que atildan manos y ojos,
y yo firmo sonatas en el viento
solo tolerantemente, digo,
en un otoño que mengua mas no acaba,
mientras viajan ayeres en el hoy
bajando por suntuosas escaleras
con peldaños de plata,
y viaja el deseo de tiempos esteparios
alejados de minutas y doctrinas,
hasta volverse olas en el agua...
de un vaso transparente y sin embargo
pintado de mis mugres
con medio espacio lleno solamente
y el otro ya viajando
entre rones y sales
destripando...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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