ESCOGIDOS
Días sin fiesta que nacen atados,
que por ninguna parte, dices bien,
llevan calados a bordo nuestros nombres,
levantan sin saber cómo minutos,
unos pocos quizá con un registro,
que la voz de tu piel les reconoce
ese algo de vigor, de lastre cruel,
y entonces comenzamos por hacer
del perdón de las horas más postreras,
un lujo para orar con las primeras,
me dices toma ésto, pon aquello,
y yo me reconozco en cada paso
como el niño que fui hace muchos años,
como ése que aún sigo siendo ahora,
colocando las cosas en su sitio,
explicando después sí el alma llora,
que hueco de vapor lleva por dentro
sin tu nombre ni el mío, ni el de otros,
como largo trayecto hecho cansado,
letras que no tienen grado ni acomodo
en un vuelo incesante de cien cielos,
ya decía mi madre hace unos años,
rey rebelde, no lo mires tan de frente,
que es muy malo buscar la miel del sol
cuando en los párpados llevas callos dolorosos
y en los ojos orzuelos apareados
que no tienen tu nombre ni el de otros,
pero arden si se dejan en rastrojos
al lado de remansos nacarados...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Como un reclamo al cansancio, al camino pedregoso, a un sentimiento de vacío cuando sumamos, y uno más uno nunca resulta dos. He venido a trasluz a buscar tu imagen, y veo restas. No, no permitas que tus ojos se envuelvan de telarañas...nunca un día será igual a otro, mañana el sol te mostrará la dulce cara de su panal. Te abrazo con el perenne cariño de siempre poeta.
ResponderEliminar¡Que suave emoción, plantada desde hace tiempo entre mis ojos, con solo ver tu nombre alumbrando el blanco en mi correo! Descuida, éso tienen los días, reflujos de lo ido y lo perdido, en diálogos de cortos inconclusos. Al menos, trae siempre mi poema, una salida abierta, una voz presentida que se entiende, una mirada de otro, que hasta si es furtiva congratula, el ánimo central de verle...Sé que lees, estas líneas mías, éstas y otras, y las que falten, te comulgo, es mi esperanza de que vos que sos una de mis andantes favoritas, no te alejes de mi bien decir, aún si no puedo alojarte como acaso quiera...En todo caso, Mariela, todo va bien, podría decirte qué, va mejor que nunca...Mi mejor abrazo, el más largo y sentido...
ResponderEliminarMe alegro saber que todo va bien en tu vida a pesar de estos días cargados de nubes negras, son parte necesarias en el paisaje de vivir. Te extiendo mis brazos, y me fundo junto a ti, con la eterna admiración hacia tu obra poética.
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