domingo, 6 de octubre de 2013

CORONACIONES / Poesía de José Ignacio Restrepo



CIELORRASO


Cómo pernoctan atados por los ojos, 
tus cerebrales gozos al decir,
 cuanto quieres de mí, tómalo todo
mientras tus ojos sin mí yo condecoro,
así comienza ese juego de pedir
 acá o más allá o aún más lejos
de todo lo que te suene perentorio,
y yo dispongo entonces, en respuesta, 
que no debes medir, menos soñar, 
ni encapsular tu voz como martirio,  
grita si es menester, desata todo
a mi que miro sin ojos lo que eres,
casi un recuerdo falaz y desatado
dime, dame lo mío, lo pasado,
y yo veré cómo hago 
para que ese sombrío sacrificio
que no es ni esto, ni lo otro, o lo demás
te lo devuelva todo de inmediato,
menos lo que resientes,
lo que tiene tu corazón de mi extraviado,
esa dulce preñez que yo te puse...
Levántate de tu altar, que amar imploro...
mujer de mis senderos coronarios,
regaliz en mis poros, baño diario,
alta para mis bajos pensamientos,
y para mis orgullos sal de mesa,
todo aquello que soy diario lo parto,
te lo regalo sabiendo que es verdad
que sin ti nada de ésto yo tuviera...
Desde este escenario por los dos vivido
fatuo porque es mutable, 
distante porque lleva en si diez tiempos, 
de donde aprendo a ver voces amantes,
oraciones te pido que no doy...
Un mensaje de texto tu mirada
hecha de diapasones galopantes, 
tu lengua que sin más busca entremeses, 
artes para la piel, fuga de instantes, 
gemelos que nos tratamos cual enfermos 
cuando solos estamos infundados
y otros viajes vamos emprendiendo, 
mensajes de texto nuevos a otra hora, 
esa que tibia llega y la regresa, 
o me retorna a mi desnudo, torpe 
frente a frente con sus manos caprichosas
que no saben qué quieren,
y cerrándose en mi lo toman todo...
 Voy a veces tardándome en llegar, 
por poner caracolas a las nubes, 
cuando miras ardiente el cielorraso, 
y me miras después de darlo todo,
lerdo como un orate que regresa, 
despacioso por querer saber qué sigue
un momento después, o solo antes
de descubrir entrambos esa grieta, 
donde se esconden sin nosotros los susurros, 
que sin medida dimos acabando, 
 ese sudor silencioso que se abate 
de último por nuestros cuerpos extendidos
desnudos con aromas de otro siglo...
Si, no lo puedo ni explicar,
 tardan tanto las noches en gastarse
si pasan sobre nosotros sin decirnos, 
mutando a un placer tono magenta, 
con calor hacia verdes y hasta azul,
y después,
todo negro,
en los ojos cerrados
el silencio,
dormidos solo somos un recuerdo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

4 comentarios:

  1. ....la fuerza de la debilidad és impresionante y, sobretodo, comovente!!!!
    ....no tengo palabras a no ser decirte que és de los más lindos Poemas que conosco..... he amado!!!!
    me gustaria lo partilllar en mi muro, pero no sé si tu prefieres que estéa apenas en esta casa adonde se entra calma, se pasea, entre urzes hijas de lo campo, murmullo de águas y la dulzura del Amor......cuando se acaba de te ler, se despierta, se gritan silencios, se luta, y se llora, coronando las oferendas humedas de lo rocio de la noche, testemonias de un imenso amor y su resistencia vitoriosa......te dejo un abrazo

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    1. ...hace más el cariño aquí guardado, dijo el pistilo amante a los estambres, mientras ojos llorosos le miraban, prometiendo no cortar ya más las flores...y que vengas amiga, a compartir esta siembra de abejas inefable, en medio de mi gris, y mis dolores...Gracias Maria, por tus bellas palabras...

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  2. Que fuerza tienes tus letras llenas de sensualidad, deseos, pasión , que fue y no siempre se queda, bellísimas letras cuanto amor en tu poema, nos llenas de ese sentimiento que nos hace soñar y cuando despertamos a veces solo quedan recuerdos, precioso mi querido poeta, eres magistral y humano, un abrazo.

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    1. ...un sorbo de cognac para aturdidos pechos, que como el mío salieron tarde a amar...Gracias amiga, por dejar tus huellas en estos vestíbulos sinceros...

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