MISIVA
Fabriles genuflexiones
puestas de allá y de acá del muro,
cuando el todo ya no es casi un murmullo
y el delicado sueño de tenerte,
se ha levantado iluso, itinerante,
en un vuelo sin paz
y sin regreso...
Mi rostro dice ven
y tú no vienes,
si has sido requerida por mi voz
pero el silencio va, te lija y pule,
bordes hecho de piel tarde en la noche,
que no se gasta ni bien puede vernos,
juntos cual playa y mar
en cambio eterno...
Solo regresa lo que no se fue,
me contestan las aves y los lirios,
aromadas respuestas cubren todo
lo que tiene de mi alguna oración,
y tú que no me encuentras
qué me dices,
¿vendrás si el cielo tiñe hoy su azul
en un magenta, un rosa, un tenue gris?,
¿faltarás a la cita si te llamo
para pactar las treguas necesarias?,
y hacer de este interdicto
una noticia
corta, sentida
y muy enamorada...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Preciosa misiva, como un ebanista pule su obra, tú escribes esta belleza. Pon a trabajar tus cinceles y gubias, tal vez ella sea de la más noble madera, y tallarás la obra más hermosa de tus sueños. Te regalo un podio, y un abrazo a ti, y a tu obra...!!
ResponderEliminarEl sutil menoscabo que visita, una noche sin pero, en forma de recuerdo inacabable, que nunca volverá, que fue...Y el rostro de mi Nury que se vuelve, y me pide sencilla que le diga, si está todo bien, y yo que le contesto, si...como no iba a estarlo corazón...ya ves, Mariela, el trajín que soporta el escritor, fino mármol y ávido cincel...Abrazos querida, gracias por venir...
EliminarQuedaron los versos de nostalgia, codificados a redituar a la matriz donde se encuentra de enamorado los linderos de tu alma y de su voz, compromisos que elogian cual sagrados que ante el vuelo de regreso, el tenue gris no caberá en tu portal.
ResponderEliminarUn lujo de misiva querido José Ignacio, como el sereno que trajo la tinta que pone desveno a tan bella ocasión... Abrazo tu alma...
Sabe el cencerro de tin tines repetidos, de cuellos de animales nobles, sabe de pastizales y de siembras, y de lunas que se esconden y de broches, porque tiene entre sus labores el aviso, tanto de la alegría de algún parto como de algún inhóspito quebranto... Como estas letras, gracias por venir Karelia amiga.
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