SABOR A TI
Te sabe bien el amor hijo del alma,
pero más ese latiente, constelado,
abrumador por bello y acendrado,
que se deja salir, acaudalado,
haciendo de tu cuerpo y de tu voz,
un viaje por hacer que no es pensado,
cuerpo de mares y muelles que cobijan,
en la noche al que llega, al asaltante...
Te sabe a erótica muesca en tu pistola,
a marca de pasar igual mil veces,
corriendo lo que queda de la reja
para aportar destinos a quimeras,
en ese ser que no es tuyo pero espera,
como el ardor al recordado yugo,
como sigue al invierno primavera,
ese ser que está atado a tu medalla,
que es jardín, flor entera y renovada
cada vez que allí posas tu mirar,
con la febril y austera complacencia
del que sabe que da lo que en su pecho
también late con él al darle la vida,
nunca algo que sobre o repetido,
siempre su original pecho fulgido,
naciente para ti, pandero amor,
resonante, atento, y permanente,
más siempre visitante,
que por la reja pasas transeunte
repitiendo permiso con los ojos
mientras entras y sales
dulcemente...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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